UN MUNDO DE SENDEROS QUE INSPIRAN
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EL OBJETIVO
Los recorridos significan movimiento, y el movimiento se refleja también en el material que elegimos para lugares estratégicos de la finca: madera recuperada de ferrocarril. Con ella construimos desniveles, escalones y contenciones para muebles de jardín, integrando belleza y durabilidad, encanto y sostenibilidad.
LA PROPUESTA
Una obra que se funde en el entorno. Una casa rodeada de senderos que inspiran a caminar. Un jardín de aspecto relajado donde la premisa es disfrutar. Una vivienda que se integra con sutileza en el paisaje protegido de Cariló, porque la vegetación que utilizamos es una repetición de la que había antes de la obra.
LA VEGETACIÓN
Los senderos se abren
para circular entre el bosque, donde nos rodean tres escalas de vegetación: una
alfombra que cubre el suelo con herbáceas, arbustos que buscan dar privacidad y
árboles que se transforman en un techo natural. Utilizamos vegetación de
aspecto silvestre, que integra la magia con la funcionalidad.
EL INICIO
A primera vista, la casa parecía afirmada sobre el terreno, pero casi sin tocarlo.
Esta percepción se convirtió en el origen de una idea rectora, de un desafío de intentar reconstruir la flora y modelar el terreno para lograr que la vivienda realmente “se apoyara”.
LOS SENDEROS
El proyecto nos llevó a generar recorridos: un ingreso a la casa, un camino que conduce a un lugar de guardado al que se accede desde el frente y desde el fondo, un espacio alargado que acompaña la escalera de entrada, una zona de fuego que se integra con el solárium, una pantalla visual de follaje permanente que destaca en la medianera posterior.
EL MANTENIMIENTO
Creamos un parque de fácil mantenimiento, con sectores integrados al terreno que acompañan a la vivienda.
Pensamos la realización con elementos precisos para que la maleza no crezca y el riego le llegue puntualmente a cada planta.